miércoles, 12 de enero de 2011

GENERO MUSICALES



En cualquier Lugar del mundo en que se emplee esta palabra, todos sabrán de que se está hablando.  Un ritmo caliente y picante, que obliga a mover las caderas al compás de la clave. Es uno de los estilos musicales más dinámicos de Occidente. Pero la salsa es en realidad un termino muy amplio que alberga distintos ritmos caribeños y cubanos como el son, el chachachá o el merengue. Es una palabra como lo fue en su momento "swing" aplicado a las grandes bandas de jazz de las décadas del ´30 y ´40. Describe más un sentimiento que un ritmo o expresión musical específica. La salsa no siempre es rápida e intensa; también puede ser lenta y romántica, o moverse entre estos dos tipos de ritmo”
A mediados de los años 50s en América Latina estaban de moda los grupos Cubanos como Los Maraqueros, Los Guaracheros de Oriente, El Trío Matamoros entre otros, con su ritmo dulzón y pegajoso  trataban de imponer entre la audiencia Latina melodías tales como “Son De La Loma”, “No Dejes Camino Por Vereda”, “Hoy La Rumba”, “Ámame”, “Patria Querida”,”El Son De Los Chicharrones”  etc. Paralelo estos conjuntos, habían otras agrupaciones que también estaban involucradas en este pugilato, con un estilo muy diferente al mencionado arriba, eran temas con ritmos más fuertes y los instrumentos utilizados para interpretar esta clase  de temas  eran heterogéneos (ya que los grupos Antillanos utilizaban instrumentos de cuerda y percusión), estos ritmos fueron conocidos como la Pachanga y la Charanga (Recuerdo que Yo tenia más o menos 7 años cuando bailaba esta clase de ritmos cuando los escuchaba en un pequeño radio  receptor que había en mi casa).
A partir de 1959 cuando Fidel Castro asume el poder de la isla Cubana, se inicia el bloqueo  económico y político impuesto por los Estados Unidos y los países aliados hacia esta nación, sin embargo este bloqueo no consigue  obstaculizar que nuevos ritmos se escapasen hacia el exterior los más notables el “Songo” y el “Mozambique”. pero desminuyo notablemente  la manifestación de la música cubana en el ámbito mundial.
 A comienzos de los años 60s, por lo arriba anotado y  por el furor que en esos momentos estaba causando el grupo Británico Los Beatles, el Rock and Roll y el “Twist, la música Latina y más que todo la música Cubana”, comienza a ser desplazada por esto nuevos ritmos. A raiz de esta situación aparecen tres nuevos centros de la Salsa: Nueva York, Miami y Colombia. En Nueva York, los inmigrantes provenientes de Puerto Rico abandonan la música folclórica portorriqueña como la bomba o la plena excepto quizá Willie colon , en favor de la música afrocubana. Miami fue el destino elegido por muchos de los cubanos exiliados. La salsa en Miami está relativamente politizada. El carnaval y el fomento de la salsa en Miami provienen en gran medida de un activismo político de derechas. Allí, la salsa es un símbolo de deseo: el de una Cuba sin Castro. En Colombia, el gran peso del país como centro de salsa se puede ver en su gran contribución de talentos e innovaciones rítmicas. Cuba preparó lo que se ha convertido en otra gran contribución a la historia de la Salsa: la Timba .
A mediados de los años ´60, la música latina continua  en crisis, la moda de la Pachanga, que anima a los bailadores desde hace algunos años manifiesta huellas de cansancio desde 1965. Interpretada  por grandes orquestas, la pachanga en efecto parece inadaptable a los nuevos tiempos, que se inflaman al sonido de los ritmos de los grupos rockeros. El swing de las grandes orquestas latinas se nota antiguo ante los ojos de los jóvenes latinos que viven en New York. Así , se produce la fusión de música latina, twist y ritmos blue de esta mezcla nace el Boogaloo, expresado en el éxito de Pete El Conde Rodrígu. A partir de ese momento, una cantidad de grupos crean la fiebre del Boogaloo, con variantes como el swing a ling y el afroloo, que reinarían sobre la música latina hasta principios de los años `70, antes de cederle el lugar a la Salsa                             
A principios de los 70s, cuando se creía que la música Latina nunca volvería a recobrar la popularidad que  obtuvo en años pasados y a pesar de que los escépticos decían que estos ritmos tenían los días contados, surge la inteligente y salvadora idea de el señor Izzy Sanabria, en ese entonces diseñador grafico de los estudios de grabación Fania. El efecto que estaba causando el Chachachá y el Mambo en el mundo hizo que una gran cantidad de ritmos originarios de Cuba se unificase con el ritmo conocido como Jazz, las diferencias entre estos ritmos eran demasiado sutiles, lo que los hacía prácticamente irreconocibles  para los neófitos, esto creó mucho desconcierto e indujo a una fatal rotura en el mercado de la música, el señor Izzy Sanabria se dio cuenta de que para recuperar la demanda,  inevitablemente tenia que agrupar todos estos ritmos bajo un solo nombre. Para así evitar el desconcierto  y  transferir  la idea, sencillamente resolvió utilizar un termino que los representase  a todos y que conquistase  el capricho de los consumidores y volviera el mercado menos complejo, por esto escogió  Salsa.
 Para la Salsa, el  mundo  cada vez es más chico, hoy en día  gente de países y culturas diferentes aceptan la salsa, y la adoptan como suya, dándole una nueva definición en el proceso con el fin de ajustarla a sus necesidades. Es un fenómeno conocido como internacionalización. Constantemente aparecen definiciones nuevas, se unen a otras, y son reabsorbidas en un proceso continuo. Hoy salsa es un término que fundamentalmente se define a sí mismo, lo que tiene una repercusión importante en el concepto de propiedad (que explicaré más adelante). Algo que Izzy no había planeado de ese modo según evidencian sus páginas Web. Los chilenos huían de Augusto Pinochet y vinieron al Reino Unido buscando refugio. Con ellos trajeron su predilección por la Cumbia Colombiana. Los cubanos, por su parte, saltaron del avión en su camino a la U.R.S.S. aprovechando una parada en Irlanda y buscaron asilo político. Se establecieron, al menos en un principio, en el este de Inglaterra, en ciudades como Manchester. Los colombianos vinieron principalmente a Londres como inmigrantes económicos durante el comienzo de los años ochenta, cuando las normas de inmigración no eran muy estrictas y se acogieron a puestos vacantes en industrias del sector servicios. Cuando el público general empezó a ser consciente del fenómeno salsa, ya se habían establecido firmemente dos comunidades de baile diferentes: La Colombiana y la cubana. La creciente aceptación de que gozó la salsa y la correspondiente demanda de clases provocó que ambos grupos rivalizaran por dominar el mercado.
Lo que llamamos hoy en día música Salsa es una mezcla de ritmos afrocaribeños como el Son Montuno, el Mambo, la Bomba y la Plena. El movimiento que originó esta nueva música comenzó en Nueva York - en El Barrio, y el South Bronx, la llamada "Caldera del Diablo" - cuando un grupo de jóvenes músicos comenzó a mezclar sonidos y ritmos intentando crear un nuevo ritmo que conservara el "SABOR" que tenían otros ritmos afrocaribeños.

La Salsa debuta en el hotel Saint-George de Brooklyn, donde los Lebrón Brothers, de origen puertorriqueño, entusiasman al público. El Chetah, Club de la Calle 52 y Broadway, en Manhattan, sustituye al Saint-George como punto de encuentro de los salseros neoyorquinos.

Algunos de estos músicos eran Ray Barreto, Bobby Valentín, Héctor Lavoe, Willie Colon, Richie Ray, Bobby Cruz, Ismael Miranda, Adalberto Santiago y muchos otros, incluyendo grandes figuras como Cortijo e Ismael Rivera.

El 21 de agosto de 1971 se presenta en el Chetah la Fania All Stars, creada por el flautista dominicano Johny Pacheco y el abogado judío Jerry Massuci, en el nacimiento oficial de la Salsa, reunión inmortalizada en la película "Nuestra Cosa Latina".

Johny Pacheco promovió la palabra "salsa" cuando la Fania empezó a viajar por Europa: "Como la palabra ‘salsa’ -igual que ‘sabor’, o ‘azucar’, por ejemplo- siempre ha estado ligada a esta música, no me pareció mal llamarla así".

El sello discográfico "FANIA" popularizó este ritmo y lo extendió a partir del año 1975 por todo el mundo, a la vez que convirtió a la Salsa en un gran negocio latino que causó frustración en muchos artistas.

La música creada durante esta época esta considerada como Salsa clásica o Salsa de Oro.



El exceso de comercialización a finales de los años 70 convirtió a la Salsa en una fórmula que apenas se imitaba a si misma, y la gente no se interesó por una música que no le ofrecía ninguna novedad. También por los 80 ocurre la invasión del merengue y de la música disco, tocándose fondo en el 82-83.

En este momento entra una nueva generación de músicos que le dan a los veteranos de la Salsa el golpe más fuerte, y son pocos los que pueden sobrevivir: la llegada de talentos como Frankie Ruiz, Eddie Santiago, Luis Enrique, empieza a cambiar el panorama de la música latina con o que se ha llamado la Salsa erótica, que para muchos fue como una traición al carácter mismo de la Salsa, machista, callejera, fuerte. Sin embargo, esta Salsa erótica o sensual tuvo el mérito de rescatar la atención que se había perdido y ayudo a mejorar la situación.

Ya por el año 88 este sonido también está saturando el mercado, porque todas las compañías graban este tipo de música y hasta los veteranos como Oscar D’León se tuvieron que ‘vender’ a esta tendencia.

Mientras tanto el merengue cada vez gustaba y pegaba más y en países como Puerto Rico era el ritmo que llenaba las discotecas.



Por suerte se está volviendo a esa música brava que es la Salsa verdadera. El público está reclamando una Salsa con vitalidad, con agarre, esa Salsa brava que es la Salsa verdadera, ver al cantante entregándose de verdad, oír un buen solo, escuchar letras que le hablen de la vida, todo lo que la Salsa le dio desde un principio.

Así, mucha gente que hizo su fortuna con la Salsa erótica ha desaparecido, mientras que se puede encontrar un excelente cantante como Gilberto Santa Rosa, que está haciendo letras románticas, pero con música agresiva, con arreglos bien logrados, con música movida que estimula al que está oyendo y al que va a bailar.

Lo que empieza a pasar a partir del 88 se debe sobre todo a la gestión de la compañía RMM del puertorriqueño Ralph Mercado, que se funda en este año. El empieza a lanzar al éxito a jóvenes como Tito Nieves, Tony Vega y José Alberto ‘el Canario’.

En esta vanguardia las orquestas cubanas también han tenido un papel importante, como es el caso de los Van Van, NG La Banda y Adalberto Alvarez y Su Son.

El país en el que se ha producido en los últimos años la expansión de la Salsa con mayor vigor es Colombia, con Joe Arroyo, el grupo Niche o la orquesta Guayacán.

Al mismo tiempo, en un sitio apenas tocado por la Salsa, como es Miami, un músico cubano radicado en esa ciudad desde su niñez, Willie Chirino, se ha abierto un espacio en esta historia con un trabajo diversificado: desde el son hasta el merengue, la plena y el rock.
Los Comienzos de la Cumbia 
Desde Bogotá, Capital de Colombia, en el año 1942 una radio comenzó a difundir una nueva melodía conocida por todos: Se vá el Caimán.. Se vá el Caimán....

Esa letra pegadiza y su rítmo entusiasta y divertido desata un verdadero escándalo.

La tradicional sociedad de Bogotá considerá a este nuevo rítmo inmoral y pide que se deje de difundir esa música indecente.

Por el contrario, no solo no dejó de difundirse, sino que se propagó por toda América latína con un vigor y una fuerza insuperables.

Bailando Cumbia

La Cumbia no es dificil. Solo hay 4 movimientos. Dos lentos y dos rápidos al doble de velocidad de los anteriores.

El rítmo es contagioso y solo debes dejarte llevar por la música.

Primero : Se baila acompañado. Pero hoy día, nadie debe quedarse sentado. Si tienes deseos de bailar, baila.

Para comenzar, trata de imaginar un cuadrado en el piso y trata de formarlo con los piés mientras sigues el rítmo. Flexiona levemente las rodillas acompañando el movimiento.

Una vez que hayas dominado el paso, incorpora movimientos de cadera.

No dejes los brazos caídos a los lados del cuerpo. Acompaña los brazos extendiéndolos hacia el frente o hacia arriba con movimientos de hombro.

Una vez que has logrado esto, puedes incorporar otros matices, para enriquecerlo, incorporando a tu pareja de baile.
La Cumbia se baila en bailantes y es ideal para amenizar todo tipo de fiestas por su ritmo alegre y divertido.


El Merengue es un baile folklórico dominicano que se ha difundido ampliamente y que muchos consideran como el baile nacional dominicano.
Se discute aún el origen del merengue. Entre las opiniones diferentes acerca del tema encontramos:
- Fue Alfonseca quien inventó el merengue (Según Flérida de Nolasco).
- Su origen y aparición se pierde en las brumas del pasado (Julio Alberto Hernández).
- Nació con carácter de melodía criolla tras la batalla de Talanquera donde triunfaron los dominicanos (Rafael Vidal).
- Parece ser que el merengue se desprende de una música cubana llamada UPA, una de cuyas partes se llamaba merengue. La UPA pasó a Puerto Rico, de donde llegó a Santo Domingo a mediados del siglo pasado (Fradique Lizardo).
Al parecer Lizardo se acerca al meollo de la cuestión. En 1844 el merengue aún no era popular, pero ya en 1850 se puso de moda, desplazando a la Tumba. A partir de ese momento tuvo muchos detractores.
A principios de la década de 1850 se desató en los periódicos de la capital dominicana, una campaña en defensa de la Tumba y en contra del merengue que reflejaba el auge que iba adquiriendo el merengue en detrimento de la última.
Don Emilio Rodríguez Demorizi dice: "Los orígenes del merengue siguen pues, en la niebla. No parece que pueda atribuirse a origen haitiano. De haber tenido esa oscura procedencia no habría gozado de boga alguna en 1855, época de cruentas luchas contra Haití; ni los que en ese año repudiaban al merengue habrían dejado de señalar tal procedencia como suficiente motivo. Tampoco lo señaló Ulises Francisco Espaillat en sus escritos contra el merengue en 1875".
En realidad, poco se sabe en concreto acerca del origen del merengue. A mediados del siglo pasado, de 1838 a 1849, un baile llamado URPA o UPA Habanera, se paseó por el Caribe llegando a Puerto Rico donde fue bien recibido. Este baile tenía un movimiento llamado merengue que al parecer es la forma que se escogió para designar el baile y llegó a nuestro país donde ni siquiera se mencionó en los primeros años. Posteriormente fue bien acogido y hasta el coronel Alfonseca escribió piezas de la nueva música con títulos muy populares como "¡Ay, Coco!", "El sancocho", "El que no tiene dos pesos no baila", y "Huye Marcos Rojas que te coge la pelota".
La estructura musical del merengue en la forma que se puede considerar más representativa, constaba de paseo, cuerpo o merengue, y jaleo. Se le quiere atribuir a Emilio Arte erróneamente el haber agregado el paseo al merengue tal como existía en su época. Toda la música se escribe a un ritmo de 2 x 4 y existen discrepancias en cuanto al número de compases que deben constituir cada parte, pues se abusaba a veces al alargarlas "ad infinitum".
Las formas literarias que acompañan al merengue son las más comunes dentro del arte popular la copla, la seguidilla, y la décima, apareciendo pareados de vez en cuando.
Desde el principio el merengue se interpretó en los instrumentos que poseía el pueblo y que les eran más fáciles de adquirir, las bandurrias dominicanas, el Tres, el Cuatro. A fines de siglo pasado hizo su entrada por el Cibao el acordeón diatónico de origen alemán que por su fácil manejo desplazó la bandurria. Por sus escasas posibilidades melódicas este instrumento limitó la música que interpretaba y así el merengue se conservó en cierta forma desvirtuado con relacion al original.
Con esta variante el merengue se adentró en la sociedad dominicana, integrándose por completo con ciertos sectores sociales desplazando inmediatamente a otras danzas que como la Tumba, por ejemplo, requerían de sus ejecutantes (bailadores) un gran esfuerzo mental y físico. Este último tenía once figuras diferentes. Es fácil de imaginarse por qué el merengue con su coreografía reducida a la más simple expresión pudiera desplazar a todos sus rivales y acaparar el fervor del pueblo.
Fuente: "merengue", Enciclopedia Dominicana, Primera Edición.
El Merengue es un baile folklórico dominicano que se ha difundido ampliamente y que muchos consideran como el baile nacional dominicano.
Origen
Se discute aún el origen del merengue. Entre las opiniones diferentes acerca del tema encontramos:


  • Fue Alfonseca quien inventó el merengue (Según Flérida de Nolasco).
  • Su origen y aparición se pierde en las brumas del pasado (Julio Alberto Hernández).
  • Nació con carácter de melodía criolla tras la batalla de Talanquera donde triunfaron los dominicanos (Rafael Vidal).
  • Parece ser que el merengue se desprende de una música cubana llamada UPA, una de cuyas partes se llamaba merengue. La UPA pasó a Puerto Rico, de donde llegó a Santo Domingo a mediados del siglo pasado (Fradique Lizardo).


Al parecer Lizardo se acerca al meollo de la cuestión. En 1844 el merengue aún no era popular, pero ya en 1850 se puso de moda, desplazando a la Tumba. A partir de ese momento tuvo muchos detractores.
A principios de la década de 1850 se desató en los periódicos de la capital dominicana, una campaña en defensa de la Tumba y en contra del merengue que reflejaba el auge que iba adquiriendo el merengue en detrimento de la última.
Don Emilio Rodríguez Demorizi dice: "Los orígenes del merengue siguen pues, en la niebla. No parece que pueda atribuirse a origen haitiano. De haber tenido esa oscura procedencia no habría gozado de boga alguna en 1855, época de cruentas luchas contra Haití; ni los que en ese año repudiaban al merengue habrían dejado de señalar tal procedencia como suficiente motivo. Tampoco lo señaló Ulises Francisco Espaillat en sus escritos contra el merengue en 1875".
En realidad, poco se sabe en concreto acerca del origen del merengue. A mediados del siglo pasado, de 1838 a 1849, un baile llamado URPA o UPA Habanera, se paseó por el Caribe llegando a Puerto Rico donde fue bien recibido. Este baile tenía un movimiento llamado merengue que al parecer es la forma que se escogió para designar el baile y llegó a nuestro país donde ni siquiera se mencionó en los primeros años. Posteriormente fue bien acogido y hasta el coronel Alfonseca escribió piezas de la nueva música con títulos muy populares como "¡Ay, Coco!", "El sancocho", "El que no tiene dos pesos no baila", y "Huye Marcos Rojas que te coge la pelota".
La estructura musical del merengue en la forma que se puede considerar más representativa, constaba de paseo, cuerpo o merengue, y jaleo. Se le quiere atribuir a Emilio Arté erróneamente el haber agregado el paseo al merengue tal como existía en su época. Toda la música se escribe a un ritmo de 2 x 4 y existen discrepancias en cuanto al número de compases que deben constituir cada parte, pues se abusaba a veces al alargarlas "ad infinitum".
Las formas literarias que acompañan al merengue son las más comunes dentro del arte popular la copla, la seguidilla, y la décima, apareciendo pareados de vez en cuando.
Desde el principio el merengue se interpretó en los instrumentos que poseía el pueblo y que les eran más fáciles de adquirir, las bandurrias dominicanas, el Tres, el Cuatro. A fines de siglo pasado hizo su entrada por el Cibao el acordeón diatónico de origen alemán que por su fácil manejo desplazó la bandurria. Por sus escasas posibilidades melódicas este instrumento limitó la música que interpretaba y así el merengue se conservó en cierta forma desvirtuado con relacion al original.
Con esta variante el merengue se adentró en la sociedad dominicana, integrándose por completo con ciertos sectores sociales desplazando inmediatamente a otras danzas que como la Tumba, por ejemplo, requerían de sus ejecutantes (bailadores) un gran esfuerzo mental y físico. Este último tenía once figuras diferentes. Es fácil de imaginarse por qué el merengue con su coreografía reducida a la más simple expresión pudiera desplazar a todos sus rivales y acaparar el fervor del pueblo.
Coreografía

La coreografía del merengue se reduce a lo siguiente: El hombre y la mujer entrelazados se desplazan lateralmente en lo que se llama "paso de la empalizada", luego pueden dar vuelta hacia derecha o izquierda. Esto constituye el verdadero "merengue de salón", en el cual las parejas no se separaban jamás. Existe también lo que se conoce con el nombre de "merengue de figura" en el cual las parejas hacían múltiples evoluciones y adornos o "floreros" como se le llamaba, pero siempre sin soltarse.
El merengue genuino y auténtico solo sobrevive en las zonas rurales. La forma tradicional del merengue ha cambiado. El paseo desapareció. El cuerpo del merengue se ha alargado un poco más y en vez de 8 a 12 compases a veces se le ponen desde 32 hasta 48. El jaleo ha sufrido la introducción de ritmos exóticos que lo han desnaturalizado.

Rechazo inicial y aceptación posterior 
A pesar de su auge entre las masas populares, la clase alta no aceptó el merengue por mucho tiempo, por su vinculación con la música africana. Otra de las causas que pesaron sobre el repudio y ataques contra el merengue fueron los textos literarios que lo acompañan, generalmente subidos de tono. Por ejemplo:

Tó loj' cuero* son de Santiago
y en Santiago ello' viven bien
y por culpa de'sa maidita
santiaguero soy yo también

 
* En la Rep. Dominicana se le llama cuero a una mujer de poca dignidad, prostituta, inmoral.
Otras danzas dominicanas de origen negro no fueron atacadas por su carácter de danzas rituales. Esto que chocaba con la concepción religiosa de los grupos de la clase elevada. Su mismo carácter ritual hacía que su práctica se restringiera a unos pocos lugares o días al año, con un alcance o difusión entre la población muy limitado. El merengue por el contrario por su carácter de danza de regocijo se introdujo con más facilidad en los lugares de fiestas generales y por esto la reacción en contra si bien fue fuerte, fué vencida por el sabor de su ritmo.
En 1875 Ulises Francisco Espaillat inició una campaña contra el merengue que fué totalmente inútil pues ya el baile se había adueñado del Cibao donde se hizo fuerte a tal punto que se asocia hoy esta región como cuna del merengue.
A principios del presente siglo músicos cultos hicieron una gran campaña para la introducción de esta danza en los salones. Los músicos populares se unieron a esa campaña, la que encontraba siempre la resistencia que inspiraba el lenguaje vulgar de las letras que acompañaban el ritmo. Juan F. García, Juan Espínola y Julio Alberto Hernández, fueron pioneros en esa campaña. Su éxito no fue inmediato ya que a pesar de que establecieron la forma musical del merengue, no pudieron conseguir que el merengue penetrara en "la sociedad" y se considerara como una creación del pueblo dominicano aceptándola sin aspavientos.
El panorama cambió a partir de 1930, pues Rafael L. Trujillo en su campaña electoral usó varios conjuntos de "Perico Ripiao" y logro difundir el aire nuevo a zonas donde no se le conocía previamente, ayudándole mucho en esa difusión el uso de la radio recién llegada al país antes del inicio de la dictadura.
A pesar de esta gran difusión y propaganda no se aceptó de pleno el merengue en lo que se llamaba "la buena sociedad dominicana" hasta que en una familia de la "aristocracia" de Santiago, en ocasión de la celebración de una fiesta solicitaron a Luis Alberti, que iba a amenizar con su orquesta, que compusiera un merengue con "letras decentes", y éste accedió. Compuso para tal ocasión el "Compadre Pedro Juan", el cual no solo gustó, sino que causó furor, llegando a convertirse en el himno de los merengues. A partir de ese momento comenzó a diseminarse el merengue. Para esto la radio prestó una ayuda generosa.
Al diseminarse el merengue por todo el ámbito nacional, produjo, como toda manifestación cultural, variantes. Estas reflejan el manejo de los elementos culturales hecho al acomodo y conveniencia de algunos.
Como fueron músicos cultos los que fijaron la forma musical del nuevo merengue, los músicos populares trataron de imitar y seguir este modelo mientras que el hombre de campo continuó tocando el merengue de la misma forma. Esto dio origen a dos formas de merengue bien diferenciadas entre sí. El merengue folklórico auténtico que aún se encuentra en los campos, y el merengue de salón. Este último es el que más se difunde y el que la gran mayoría de personas creen que es folklórico.
Variantes
Algunas de las variantes del merengue se redujeron a designar con este nombre a otro tipo de música tradicional, por simple asimilación del nombre como se ha encontrado en algunos pueblos de la República Dominicana. Pero este fenómeno ha sido poco estudiado y es difícil emitir juicios sobre las formas peculiares de estas variantes.
No sucede así con lo que se llama "pambiche" que según leyendas que puede tener visos de verdad, no es más que el nombre que recibe el jaleo del merengue desprovisto de sus otras partes y adaptado al paso lento de los marinos "yanquis" que ocupaban nuestro país y a los cuales se les hacía un poco difícil adaptarse al ritmo más rápido del merengue.
Conozca algunos de los aspectos más sobresalientes sobre el merengue dominicano narrados en "Historia y Evolución del Merengue", "narrativa apasionante, pormenorizada, de las adversidades y el desarrollo de esta música, nervio melódico de la República Dominicana", palabras de Carlos Batista Matos, autor de la obra.
·         Origen del Merengue
·         Merengue Típico
La nueva propuesta parecía una tonada más en la orquesta, adscrita al poderoso regimiento del Ozama, en la ciudad capital, pero la voluptuosa cadencia del merengue seducía con rapidez. Esto era notable en las retretas de la Plaza de Armas o en los fogosos bailes del pueblo llano.

 
Otras tonadas olvidadas del siglo XIX fueron incorporadas al repertorio de las orquestas, entre éstas, la mangulina, el carabiné, y la salve. Pero como en el siglo anterior, el merengue volvería a reinar en los ambientes bailables.
         

 
el Caribe, en una época de nerviosas corrientes migratorias, como era el decenio de 1840, origina un torrente de inquietudes que han ocupado el pensamiento de musicólogos e intelec­tuales, folkloristas y antropólogos, durante el siglo XX.
¿Qué es? ¿Quién inventó esa música y su baile? ¿Estos de qué etnia procederán? ¿Acaso vinieron de Cuba, Africa o de España? ¿O lo inventó el teniente coronel Juan Bautista Alfonseca Baris? Para ninguna de estas cues­tiones concurre un criterio consensuado. Esta música, con casi dos siglos en el Caribe, es aún una extraña madeja de incógnitas.
 

Juan Luis Guerra encarna el fenómeno de masas de mayor alcance social en la República Dominicana de finales del siglo XX, con un merengue redimido que destruye estereotipos y crea una cultura musical nueva.
Esta inesperada presencia en los años ochenta era la revolución de la luz o la resurrección de las letras y de la retórica poética en el merengue. La de Juan Luis Guerra sería la acción redentora que conduciría a los más altos niveles de calidad musical, armonía, estética y lirismo.

 
Nociones del baile flamenco
 El baile flamenco es una manifestación muy antigua circunscrita al ámbito andaluz. Tiene una vigencia de más de dos siglos, dentro de una evolución constante a lo largo de este largo periodo de tiempo. Su edad de oro se registra entre 1869 y 1929.
Depende completamente de la guitarra, que le presta el compás y el ritmo imprescindibles para su realización, de manera que su progreso va unido al de este bello instrumento.

El baile flamenco es individual, introvertido, se realiza en un espacio reducido, es abstracto (es decir no compone un argumento), requiere una gran concentración y la improvisación tiene una gran importancia.
Conocemos datos de él gracias a las descripciones de fiestas flamencas que hacen los viajeros extranjeros en sus libros, desde el siglo XVIII y durante el XIX.

En su larga evolución podemos destacar 4 etapas:

1ª. etapa: Los intérpretes no eran profesionales, se bailaba en los patios de las Tabernas o en las Cuevas. y sus centros geográficos se situaban en: Cádiz (Puerta Tierra), Sevilla (Triana) y  Granada (Sacromonte)
El baile era acompañado por guitarristas, en su mayoría, ciegos y se desarrollaban en fiestas nocturnas, que se realizaban a la luz de candiles, por eso se denominaban "Bailes de Candil"

2ª. etapa: Desde mediados del XIX se inicia el profesionalismo en el baile. Es la etapa en la que aparecen y se desarrollan los Cafés Cantantes. Se usan tarimas para bailar, lo que permite más brillantez en el zapateado y el uso de la bata de cola. Proliferan en Sevilla numerosas Academias de Baile.
Aún así el repertorio era escaso y se reducía a unos pocos estilos.
Se diferencia el baile del hombre del de la mujer.
En cuanto a los bailes más ejecutados, nombramos: Tangos, Garrotín, Alegrías y Soleá.

3ª. etapa: La aparición de los espectáculos integrados en la llamada «Opera Flamenca» y la decadencia de los Cafés Cantantes que tuvieron su esplendor en la etapa anterior, cambia el panorama. El baile tiene muy poca presencia en estos actos a favor del Cante.

4ª. etapa: El baile flamenco toma un nuevo y renovador giro, se integran en coreografías denominadas «Ballets Flamencos». que conviven con el Baile tradicional. Aparecen grandes figuras del baile que lo hacen evolucionar artística y técnicamente difundiéndolo por todo el mundo.

UNA MUESTRA DE TANGO, FLAMENCO Y DANZA ÁRABE SOBRE EL MISMO ESCENARIO
  
Atmósfera de emoción, entusiasmo y energía era lo que se percibía tras vestidores antes de dar inicio a una breve pero encantadora presentación de las alumnas de la Escuela Giselle, donde se imparten clases de ballet, jazz, flamenco y danza árabe.

“Mamá ajusta bien mi moño, no quiero que se suelte en medio del baile”, reclamaba Daniela Morán, una de las bailarinas que esperaba con nerviosismo la hora en que el telón se levante. Mientras, su madre acomodaba el largo y tenue vestido de la niña.

Al compás de un alegre ritmo comenzó la presentación de un tango español, según explicó Juliana Mendoza, maestra del grupo de baile. Los asistentes observaban con admiración la sincronía de las quince alumnas que, pese a ser un grupo de principiantes, demostraron su gran habilidad en el baile.

La siguiente muestra fue de flamenco, las siete bailarinas que desarrollaron la coreografía cautivaron a todo el salón con el espléndido sonido que producían al golpear el piso con pasos rápidos y elegantes, además sus palmas acompañaban cada una de las notas musicales.

Se podía observar en cada rostro de los padres el orgullo que sentían al ver el desenvolvimiento natural y delicado de sus hijas, quienes coqueteaban al público con sus tiernas y pícaras sonrisas mientras deslizaban sus cuerpos por todo el escenario.

Para finalizar, tres pequeñas bailarinas acapararon las miradas de todos los espectadores una vez que iniciaron el movimiento de sus caderas de un lado hacia el otro, al mismo tiempo que sus brazos lograban balancearse con movimientos casi indescriptibles. El ritmo y el entusiasmo que desplegaban lograron contagiar al público que empezó a acompañar con sus palmas cada quiebre de cadera.

De este modo, las pequeñas se deshicieron de los nervios y dejaron el pánico escénico de lado para aprisionar la atención de los asistentes y asombrarlos con su extraordinaria habilidad para compaginar la memorización de cada paso y marcar un ritmo en los mismos.

Al concluir la presentación, el público inundó el salón con aplausos y silbidos para celebrar y dar por sentado el gran éxito que tuvo esta pequeña muestra que derrochó talento y entrega por parte de las alumnas.

Aunque la Escuela de Ballet Giselle no forma parte del Ballet Ecuatoriano de Cámara, éste prestó sus instalaciones para que las alumnas de esta escuela puedan difundir el arte que están aprendiendo y, de este modo, ampliar cada vez más el espacio que se le ha designado a la cultura en el país.

Distinción entre flamenco y folclore andaluz

El género flamenco se fue configurando durante el siglo XIX, sobre el sustrato de la música y la danza tradicionales de Andalucía, cuyos orígenes son antiguos y diversos. Sin embargo el flamenco no es el folclore de Andalucía (compuesto por seguidillas, sevillanas, fandangos, verdiales, trovos, el chacarrá, el vito...) sino un género artístico fundamentalmente escénico. El flamenco, aunque está basado principalmente en el folclore andaluz, es un género tan estilizado y complejo que el andaluz medio, aún teniéndose como bien dotado para la música, es incapaz de interpretar correctamente. De hecho, en ningún momento de su historia el flamenco ha pasado de ser una música interpretada por minorías, con mayor o menor difusión. El surgimiento de los cantaores profesionales y la transformación de los cantos populares por parte de los gitanos, hicieron que su estilo se alejara considerablemente de las tonadas tradicionales. El flamenco somete a lo popular a una estilización tan grande que lo lleva hacia lo culto, pero sin perder su sabor popular.

Historia

Se cree que el género flamenco surgió a finales del siglo XVIII en ciudades y villas agrarias de la Baja Andalucía, aunque prácticamente no hay datos relativos a esas fechas y las manifestaciones de esta época son más propias de la escuela bolera que del flamenco.

El Antiflamenquismo de la Generación del 98

El flamenquismo, definido por la Real Academia Española como la "Afición a las costumbres flamencas o achuladas", es un cajón de sastre conceptual donde caben el cante flamenco y la afición a los toros, entre otros elementos castizos españoles. Estas costumbres fueron fuertemente atacadas por la Generación del 98, siendo todos sus miembros "antiflamenquistas", a excepción de los hermanos Machado, pues Manuel y Antonio, al ser sevillanos e hijos del folclorista Demófilo, tenían una visión más compleja del asunto.
El paladín del antiflamenquismo fue el escritor madrileño Eugenio Noel, quien en su juventud había sido un casticista militante. Noel atribuyó al flamenco y la tauromaquia el origen de los males de España. A su entender, la ausencia de estas manifestaciones culturales en los modernos estados europeos, parecían traducirse en un mayor desarrollo económico y social. Estas consideraciones hicieron que se estableciera durante décadas una grieta insalvable entre el flamenco y la mayor parte de la intelectualidad.

La Ópera Flamenca

Entre 1920 y 1955 los espectáculos flamencos pasaron a ser celebrados en plazas de toros y teatros, bajo el nombre de "Ópera flamenca". Esta denominación era una estrategia económica de los promotores, pues la ópera sólo tributaba el 3% mientras que los espectáculos de variedades pagaban un 10%. En esta época los espectáculos flamencos se extendieron por toda España y por las principales ciudades del mundo. El gran éxito social y comercial alcanzado por el flamenco en esta época eliminó de los escenarios algunos de los palos más antiguos y sobrios, en favor de aires más ligeros, como las cantiñas, los cantes de ida y vuelta y, sobre todo, los fandangos, de los que se crearon muchas versiones personales. La crítica purista atacó esa livianización de los cantes, así como el uso del falsete y el vulgar estilo gaitero.
En la línea del purismo, Federico García Lorca y Manuel de Falla tuvieron la idea de convocar un concurso de cante jondo en Granada en 1922. Ambos artistas concebían el flamenco como folclore, no como género artístico escénico. Por ello sentían preocupación pues creían que el triunfo masivo del flamenco acabaría con sus raíces más puras y hondas. Para remediarlo organizaron un concurso de cante jondo en que sólo podían participar aficionados. Quedaron excluidos los cantes festeros, como las cantiñas, que Falla y Lorca no consideraban jondos sino flamencos. El jurado fue presidido por Antonio Chacón, que por entonces era primera figura del cante. Los ganadores fueron "El Tenazas", un cantaor profesional retirado de Morón de la Frontera, y Manuel Ortega, un niño sevillano de ocho años que pasaría a la historia del flamenco como Manolo Caracol. El concurso resultó un fracaso debido el escaso eco que tuvo y porque Lorca y Falla no supieron entender el carácter profesional que por entonces ya tenía el flamenco, afanándose en balde en buscar una pureza que nunca existió, en un arte que caracterizaba por la mezcolanza y la innovación personal de sus creadores. Al margen de ese fracaso, con la Generación del 27, cuyos miembros más eminentes eran andaluces y por tanto conocedores de primera mano del género, comenzó el reconocimiento al flamenco por los intelecuales.
Tras la Guerra Civil Española, durante la postguerra y los primeros años de Franquismo, se miró con recelo al mundo del flamenco, pues la autoridades no tenían claro que dicho género contribuyera a la conciencia nacional. Sin embargo el régimen pronto acabó adoptando el flamenco como una de las manifestaciones cuturales españolas por antonomasia.
En suma, el periodo de la Ópera Flamenca fue una época abierta a la creatividad y que conformó definitivamente la mayor parte del repertorio flamenco. Fue la Edad de Oro de este género, con figuras como Antonio Chacón, Manuel Torre, La Niña de los Peines, Pepe Marchena y Manolo Caracol.

E l nacimiento de la flamencología

A partir de los años 50 del siglo XX empezaron a publicarse abundantes estudios antropológicos y musicológicos sobre el flamenco. En 1954 Hispavox publicó la primera Antología del Cante Flamenco, grabación sonora que fue un gran revulsivo en su época, dominada por el cante orquestado y, en consecuencia, mistificado. En 1955 el intelectual argentino Anselmo González Climent, publicó un ensayo llamado Flamencología, cuyo título bautizó al "conjunto de conocimientos, técnicas, etc., sobre el cante y el baile flamencos". Este libro dignificó el estudio del flamenco al aplicarle la metodología académica propia de la musicología y sirvió de base a los posteriores estudios sobre dicho género.
Como consecuencia, en 1956 se organizó el I Concurso Nacional de Cante Jondo de Córdoba y en 1958 se fundó en Jerez de la Frontera la primera Cátedra de Flamencología, la más antigua institución académica dedicada al estudio, la investigación, conservación, promoción y defensa del arte flamenco. Asimismo en 1963 el poeta cordobés Ricardo Molina y el cantaor sevillano Antonio Mairena publicaron alalimón Mundo y Formas del Cante Flamenco, convertida en obra de referencia obligada. Con un lenguaje sencillo el libro describe la variedad de palos y estilos, y narra la historia del cante, defendiendo erróneamente que el flamenco fue obra exclusiva de los gitanos, que lo mantuvieron en intimidad hasta que hicieron de él su profesión. Asimismo el libro diferencia entre el cante grande (meramente gitano) y el cante chico (aflamencamiento de las tonadas folclóricas andaluzas y coloniales). Por lo tanto, la obra de Molina y Mairena, introdujo en la flamencología la "tesis gitanista" y el "neojondismo" como líneas de investigación.
Durante mucho tiempo los postulados mairenistas se tuvieron prácticamente por incuestionables, hasta que encontraron respuesta en otros autores que elaboraron la "tesis andalucista", que defendía que el flamenco era un producto genuinamente andaluz, pues se había desarrollado íntegramente en esta región y porque sus palos básicos derivaban del folclore de Andalucía. Asimismo mantenían que los gitanos andaluces habían contribuido determinantemente en su formación, poniendo de manifiesto la excepcionalidad del flamenco entre las músicas y danzas gitanas de otras partes de España y Europa. La unificación de la tesis gitanista y la andalucista ha acabado por ser la más aceptada hoy en día. En resumen, entre los años 1950 y 1970, el flamenco pasó de ser un mero espectáculo para convertirse además en objeto de estudio.

La Fusión Flamenca

La década de 1970 en España se respiraban aires de cambio social y político y la sociedad española ya estaba bastante influida por diversos estilos musicales venidos del resto de Europa y de los Estados Unidos. Asimismo existían numerosos cantaores que había crecido escuchando a Antonio Mairena, Pepe Marchena y Manolo Caracol. La combinación de ambos factores desembocó en un período revolucionario llamado Fusión Flamenca.
El representante musical José Antonio Pulpón fue un personaje decisivo en esa fusión, pues instó al cantaor Agujetas a colaborar con el grupo sevillano de rock andaluz Smash, la pareja más revolucionaria desde Antonio Chacón y Ramón Montoya, iniciando un nuevo camino para el flamenco. Asimismo propició la unión artística entre el virtuoso guitarrista algecireño Paco de Lucía y el largo cantaor isleño Camarón de la Isla, quienes dieron un impulso creativo al flamenco que supondría su definitiva ruptura con el conservadurismo de Mairena. Cuando ambos artistas emprendieron sus carreras en solitario, Camarón se convirtió en un cantaor mítico por su arte y su personalidad, con legión de seguidores, mientras que Paco de Lucía reconfiguró todo el mundo musical del flamenco, abriéndose a nuevas influencias, como la música brasileña, árabe y jazz e introduciendo nuevos instrumentos musicales como el cajón peruano, la flauta travesera, etc.
Otros intérpretes destacados en este proceso de renovación formal del flamenco fueron Juan Peña El Lebrijano, quien maridó el flamenco con la música andalusí, y Enrique Morente, quien a lo largo de su dilatada carrera artística ha basculado entre el purismo de sus primeras grabaciones y el mestizaje con el rock.
 El Nuevo Flamenco
Categoría principal: Nuevo Flamenco
Véanse también: Flamenco Chill y Flamenco House
En los años 1980 surgió una nueva generación de artistas flamencos que ya han recibido la influencia de Camarón, Paco de Lucía, Morente, etc. Estos artistas tenían un mayor interés por la música popular urbana que en aquellos años estaba renovando el panorama musical español, era la época de la Movida madrileña. Entre ellos destacan Pata Negra, que fusionaron el flamenco con el blues y el rock, Ketama, de inspiración pop y caribeña y Ray Heredia, creador de un universo musical propio donde el flamenco ocupa un lugar central.
A finales de esa década y durante toda la siguiente la fonográfica Nuevos Medios lanzó a muchos músicos bajo la etiqueta Nuevo Flamenco, abusándose de la etiqueta "flamenco" con fines estrictamente comerciales. Así, esta denominación ha agrupado a músicos muy distintos entre sí, tanto intérpretes de flamenco orquestado, como músicos de rock, pop o música latina cuya única vinculación con el flamenco es el parecido de su técnica vocal con la de los cantaores, sus orígenes familiares o su prodecencia gitana, pero que por lo demás, se salen de cualquier estructura flamenca clásica, habiendo desaparecido todo rastro del compás, modos tonales y de las estructuras melódicas propias de los palos.
Sin embargo el hecho de que muchos de los intérpretes de esa nueva música sean además reconocidos cantaores, caso de José Mercé, El Cigala y otros, ha propiciado etiquetar como flamenco todo lo que ellos interpretan, aunque el género de sus canciones difiera bastante del flamenco clásico. En cambio, otros artistas contemporáneos, como los grupos O'Funkillo y Ojos de Brujo, siguiendo la senda de Diego Carrasco, emplean estilos musicales no flamencos pero respetando el compás o estructura métrica de ciertos palos tradicionales. Asimismo existen cantaores enciclopédicos como Arcángel, Miguel Poveda, Mayte Martín, Marina Heredia, Estrella Morente o Manuel Lombo que, sin renunciar a los beneficios artísticos y económicos de la fusión y del nuevo flamenco, mantienen en sus interpretaciones un mayor peso lo flamenco concebido en el sentido más clásico del término, lo que supone un significativo regreso a los orígenes.
La implicación de los poderes públicos españoles en la promoción del flamenco es cada día mayor. En este sentido existe la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y actualmente se construye en Jerez de la Frontera la Ciudad del Flamenco, que albergará el Centro Nacional de Arte Flamenco, dependiente del Ministerio de Cultura y que pretenderá canalizar y ordenar las iniciativas sobre dicho arte.
Así mismo, la comunidad autónoma Andaluza están estudiando incorporarlo en sus planes formativos obligatorios.
Cantaora.
Categoría principal: Cantaores de flamenco
Según la Real Academia Española, se denomina "cante" a la "acción o efecto de cantar cualquier canto andaluz", definiendo "cante flamenco" como "el canto andaluz agitanado" y el cante jondo como "el canto más genuino andaluz, de profundo sentimiento". Al intérprete de cante flamenco se le llama cantaor en vez de cantante, con la pérdida de la d intervocálica característica del dialecto andaluz.

Toque

Cantaora y tocaor.
Categoría principal: Guitarristas de flamenco
La postura y la técnica de los guitarristas flamencos, llamados tocaores, difiere de usada por los intérpretes de guitarra clásica. Mientras el guitarrista clásico apoya la guitarra sobre su pierna izquierda de forma inclinada, el guitarrista flamenco suele cruzar las piernas y apoyarla sobre la que se encuentra más elevada, colocando el mástil una posición casi horizontal con respecto al suelo. Los tocaores modernos suelen utilizar guitarras clásicas, aunque existe un instrumento específico para este género llamado guitarra flamenca. Ésta es menos pesada y su caja es más estrecha que la guitarra clásica, por lo que su sonoridad es menor y no eclipsa al cantaor. Por lo general suele hacerse de madera de ciprés, con el mango de cedro y la tapa de abeto. El ciprés le da una sonoridad brillante muy adecuada para las características del flamenco. Antiguamente también se usaba el palo santo de Río o de la India, siendo el primero de más calidad, pero actualmente está en desuso debido a su escasez. El palo santo otorgaba a las guitarras una amplitud de sonido especialmente adecuada para el toque solista. En la actualidad, el clavijero más utilizado es el de metal, ya que el de madera plantea problemas de afinación.
Los principales guitarreros fueron Manuel Ramírez de Galarreta, el Gran Ramírez, (Madrid, 1864-1920) y sus discípulos Santos Hernández (Madrid, 1873-1943), que construyó varias guitarras para el maestro Sabicas, Domingo Esteso y Modesto Borreguero. Asimismo destacan los Hermanos Conde, Faustino (1913-1988), Mariano (1916-1989) y Julio (1918-1996), sobrinos de Domingo Esteso, cuyos hijos y herederos continúan la saga.

Los tocaores usan la técnica del alzapúa, el picado,[19] el rasgueo y el trémolo,[20] entre otras. El rasgueo puede ser realizado con 5, 4 o 3 dedos, este último inventado por Sabicas. El empleo del pulgar es también característico en el toque flamenco. Los guitarristas apoyan el pulgar en la tapa armónica de la guitarra y el dedo índice y medio sobre la cuerda superior a la que están tocando, logrando así una mayor potencia y sonoridad que el guitarrista clásico. También se apoya el dedo medio en el golpeador de la guitarra para conseguir más precisión y fuerza a la hora de púlsar la cuerda. Asimismo el uso del golpeador como elemento de percusión dota de gran fuerza a la interpretación guitarrística flamenca. Se denomina "falseta" a la frase melódica o floreo que se intercala entre las sucesiones de acordes destinadas a acompañar la copla.[21] Asimismo se habla de tocar o acompañar por arriba (usando la digitación del acorde mi mayor) y por medio (la mayor), con independencia de que se haya trasportado o no con la cejilla.
El acompañamiento y el toque solita de los guitarristas flamencos se basa tanto en el sistema armónico modal como en el tonal, aunque lo más frecuente es una combinación de ambos. Algunos cantes flamencos se interpretan "a palo seco" (a capella), sin acompañamiento de guitarra.
Según el tipo de interpretación se habla de:
  • Toque airoso: vivaz, rítmico y sonoridad brillante, casi metálica.
  • Toque gitano o flamenco: hondo y con pellizco, usa preferentemente los bordones y los contratiempos.
  • Toque pastueño: lento y tranquilo.
  • Toque sobrio: sin ornamentos ni alardes superfluos.
  • Toque virtuoso: con dominio excepcional de la técnica, corre el riesgo de caer en un efectismo desmesurado.
  • Toque corto: pobre en recursos técnicos y expresivos.
  • Toque frío: carente de hondura y pellizco.


 El fandango, que en el siglo XVII era el cante y baile más extendido por toda España, con el tiempo acabó generando variantes locales y comarcales, especialmente en la provincia de Huelva. En la Alta Andalucía y zonas limítrofes los fandangos se acompañaban con la bandola, instrumento con el que se acompañaba siguiendo un compás regular que permitía el baile y de cuyo nombre deriva el estilo "abandolao". De este modo surgieron los fandangos de Lucena, los zánganos de Puente Genil, las malagueñas primitivas, las rondeñas, las jaberas, los jabegotes, los verdiales, el chacarrá, la granaína, el taranto y la taranta. A causa de la expansión de las sevillanas en la Baja Andalucía, el fandango fue perdiendo su papel de soporte del baile, lo que permitió un mayor lucimiento y libertad del cantaor, generándose en el siglo XX multitud de fandangos de creación personal. Asimismo, miles de campesinos andaluces, especialmente de las provincias de Andalucía Oriental, emigraron a los yacimientos mineros murcianos, donde los tarantos y las tarantas evolucionaron. La Tarante de Linares, evolucionó hacia la minera de la Unión, la cartagenera y la levantica. En la época de los cafés cantantes, algunos de estos cantes, se desligaron del baile y se adquirieron un compás libre, que permitía el lucimiento de los intérpretes. El gran impulsor de este proceso fue Antonio Chacón, quien desarrolló versiones preciosistas de malagueñas, granaínas y cantes mineros.

La estilización del romance y de los pliegos de cordel dio lugar al corrido. La extracción de los romances de cuartetas o de tres versos significativos dio lugar a las tonás primitivas, a la caña y al polo, que comparten métrica y melodía pero que difieren en su ejecución. El acompañamiento de la guitarra les dio un compás que las hizo bailables. Se cree que su origen estuvo en Ronda, ciudad de la Alta Andalucía cercana a la Baja Andalucía y muy relacionada con ella, y que desde allí llegaron al arrabal sevillano de Triana, con gran tradición de corridos, donde se transformaron en la soleá. De la interpretación festiva de corridos y soleares surgieron en Triana los jaleos, que viajaron a Extremadura y que en Jerez y Utrera derivaron en la bulería, desde donde se difundieron por toda la Baja Andalucía, generando variantes locales.
En los grandes puertos andaluces de Cádiz, Málaga y Sevilla se desarrollaron los tangos y los tientos, que tienen una gran influencia de la música negra americana. Asimimo en Cádiz se generó el grupo de las cantiñas cuyo palo central es la alegría.
Algunas tonadas populares andaluzas, como los pregones, las nanas y campesinos cantos de trilla, tienen la misma métrica de las seguidillas flamencas. A partir de ellos pudo surgir la liviana y la serrana, que es una interpretación virtuosista y melismática de la liviana; de hecho, tradicionalmente se interpretan juntas. Este grupo de palos también pertenece la alboreá y la antigua playera, que se impregnó de la melodía de las tonás dando lugar a la siguiriya, que incorporó acompañamiento de guitarra.
Los palos pueden dividirse en cinco grupos desde el punto de vista de la métrica, dependiendo de su compás:
Atendiendo a la métrica de las coplas los palos pueden dividirse en tres grandes grupos, los que usan:
  • El romance: coplas de tres o cuatro versos de ocho sílabas, con rima preferentemente asonantada en los versos pares.
La seguidilla: coplas de tres o cuatro versos alternos de cinco y siete sílabas, con rima en los versos cortos.

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